Viajar a La India es una experiencia que no deja indiferente a nadie. Simplemente estar allí, en un país completamente diferente, con un sistema de pensamiento muy particular, con costumbres que hunden sus raíces miles de años atrás, es suficiente para experimentar una transformación personal. Además, es posible divertirse y pasar un tiempo inolvidable.
La tradición espiritual es inagotable, el centro de nuestro viaje es la montaña sagrada Arunacha, en Tiruvannamalai (Tamil Nadu), uno de los lugares más sagrados de la India. De colores ocres y rosados, es una hermosa colina de 800 metros de altura, con forma casi piramidal, que los hindúes consideran una manifestación de Lord Shiva, el tercer miembro de la Trimurti (Trinidad) del hinduismo, el destructor del ego, la fuente de vida para llegar al estado de Sabiduría.
Estudios geológicos han demostrado que su interior contiene un núcleo ígneo-ferroso, lo que la convierte en un lugar de alto poder magnético.
Desde hace cientos de años que se tenga constancia, y miles de años probablemente, es un lugar que atrae a peregrinos, Santos y Maestros, no solo de toda la India sino del mundo entero. A nadie deja indiferente la fuerte energía magnética que emana de la montaña.
Y a los lugares mágicos son atraídos personas muy especiales de modo ajeno a su voluntad. Este es el caso de Sri Ramana Maharshi, uno de los más importantes Maestros espirituales que surgieron en la India durante la primera mitad del siglo XX y que a día de hoy continúa teniendo devotos y seguidores en todo el mundo.
